El
2010 mi mejor amiga me hizo ver esta película en la antigua casona donde vivía
en Vicuña, valle del Elky, hasta que fui expulsado de Fantasía. Tiempo después, leí una crítica que me
irritó y comencé a escribir este comentario, pero las circunstancias lo
interrumpieron.
¿Cómo
comenzar, como terminar?
La
Vida es un Misterio.
El
Arte es un Misterio.
El
cine es otro misterio.
Esta
película es un misterio y, como tal, incomprensible racionalmente. Como tantas obras maestras, ni siquiera su
autor, Aronofski, al que considero un patán, tiene la más remota idea de lo que
hizo.
La
vida es rara, desconcertante. Si te
desconcentras un momento, te pierdes lo mejor de ella. La consciencia, la mente, cuando NO está
iluminada, Zentrada, salta en el Tiempo: del pasado al futuro, del presente al
pasado, del futuro al presente, etc. La
vida parece un caos informe y, por lo tanto, aburridor. La vida tiene una intención y en torno a esa
intención, ordena al Universo mismo y encuentra su Zentido y se abre camino en
él.
Es
impresionante hablar de un Amor que trasciende las coordenadas del
Tiempo(d)espacio. O se es afín al
Misterio y la Magia que anida en él o NO se es capaz de Zentir las
insinuaciones y las implicaciones de esta historia.
Es
cierto que la reina Isabel la católica no tenía esa idea, ni estaba asediada
por la Inquisición, sino que ella misma la patrocinaba. En 1500 no hubo ninguna expedición hacia el
Yucatán en busca del Árbol de la Vida.
¿Cómo sostener la vida durante un viaje de siglos o tal vez milenios, en
una esfera transparente? La película
nunca se planteó en las coordenadas de la verosimilitud, sino de la
fábula. ¡He ahí su género! Por lo tanto, sólo la puede comprender un
Poeta.
Para
el resto, es lenta. Pero, ¿cómo puedo
hacerte Zentir que la Eternidad eres tú?
Como
la lenta expansión de una intención tan intensa que, al NO ser transcendida, se
convierte en obsesión. He ahí el leit motiv de la película: TRASCENDER,
ILUMINARSE.
¿Cómo
puedo hacerte Zentir que el Tiempo “está” en ti? San Agustín dijo: “Vosotros hacéis el
Tiempo”.
Señalando
la dirección de un viaje iniciático hacia ti mismo: La Meditación.
Primer
gran error: El tripulante de la esfera transparente NO es un astronauta, sino
un egonauta (navegante del ego, el pequeño yo, temeroso y perdido en la
infinitud de la Eternidad), es decir, un monje. ¿Cómo tiene que ser la Vida para que un
Conquistador se vuelva un Artista? En
otra palabras, ¿cómo hacer que un “hombre de acción”, en todo el sentido yanqui
de la palabra, se vuelva un contemplativo monje Zen en “busca de su destino” y
su redención en clásica posición loto?
“La Fuente” trata de explicárnoslo.
Por eso es que comienza con el “monje astronauta” y su hábito
alimenticio–comunión con El Árbol (portentoso símbolo del Zentro del Kosmos,
como explica la Historia de las religiones), la práctica de Kung Fu y
Zazen. La secuencia es tan densa en
significado que se vuelve muda. En realidad,
ensordece a la razón.
Ésta
no es una película cualquiera, sino una profunda MeditaZión sobre la Vida, la
Muerte y el Tiempo, los temas Mayas por excelencia. NO son leyendas, sino Mitos sagrados ante
los que estamos en preZencia. Sólo que
incompletos, degradados al estado de mera fábula, por eso su total
incomprenZión por el vulgo, es decir, la crítica cinematográficaca.
Segundo
error: NO se trata de una actitud pasiva, sino reflexiva. Es más, meditativa. Quien la comentó pasó totalmente por alto la
banda sonora (símbolo del Tiempo), enfocándose en la fotografía (símbolo del
Espacio). Esta música es inductora de un
estado de consciencia alfa o ligeramente relajada, pensemos sobre todo en el
tema titulado “Xibalba”. Estado o
frecuencia mental en que ocurren las iluminaciones o satori. Pero cuando la agonía del ego apremia sus
últimos instantes, previos a la gran iluminación que implica el leit motiv: “LA MUERTE ES EL CAMINO HACIA EL ASOMBRO”, todas las
emociones se desatan y, por el mismo hecho y en el mismo momento de ser
desatadas, liberadas, despiertan al “Último Hombre”, que, en realidad, era el
Primer Padre.
Cuarto
Error: “Lo importante es invisible a los ojos.
Sólo se ve con los ojos del corazón”, dice el libro mistérico (NO
místico) más importante del siglo pasado.
Pues bien, lo más importante de la película NO está “explícitamente” en
el metraje, sino escondido en el diálogo en el museo (recordemos que la palabra
museo viene de mausoleo): cuando ella le cuenta el Mito de La Creación del
Universo, según los Mayas Quiché (lo que en Historia de las religiones se
denomina “Cosmogonía”). Ella está recordándole a Tom qué es lo que hizo y,
por lo tanto, cual es la hazaña que debe volver a realizar (Mircea Eliade dijo
que una de las características fundamentales del Mito es su Eterno
Retorno). El sacerdote Maya y el
renacimiento del Árbol de la Vida, son la comprobación “empírica” de dicha
tesis. NO por nada, el sacerdote lo
reconoce como el primer padre y es El Árbol quien lo elige para este viaje
iniciático hacia sí mismo, en pos de recuperar su verdadera esencia, que es lo
único que permitirá que la Vida continúe en el Universo.
En
síntesis: NO se mostró cómo él creó el Árbol de la Vida con su primer
sacrificio, sino que asistimos a la reCreación del Mito Cosmogónico. Para todos los pueblos antiguos “El Cielo”
no se sostenía por efecto de la fuerza de gravedad, sino que algo lo hacía: un
árbol, una montaña, una construcción, preferentemente piramidal, etc.
El
Árbol del la Vida lo es, porque ES el Cosmos.
Su copa es el Cielo; su tronco la Tierra; sus raíces, el submundo o
inframundo, el lugar de los muertos.
Por lo tanto, si el Árbol muere, todo se derrumba y vuelve al Caos,
perdiéndose la Vida de Todo y de todos.
Ygdrasil le llamaban los vikingos.
Como se ve, la explicación del relato cosmogónico es incompleto, pero no
falso. Por eso es que NO se entiende
por qué tiene que viajar a Xibalba, la tierra de lost muertos, si lo que se
quiere es recuperar la Byddha. Pero NO
existe otro lugar al que ir, ya que “El Mundo de los Muertos” es, en la
Cosmovisión Maya, como la de cualquier pueblo ancestral, las raíces mismas del
Árbol Cósmico o de la Vida.
Quinto
error: Es cierto que una reina es más imponente que una simple escritora con
“pajaritos en la cabeza”, por su temple y fuerza superiores al común, pero la
dulzura que le da al personaje rara vez se consigue sin que “parezca” una
tonta. En ese Zentido, toca más fibras
que el personaje masculino, el cual “suena” monocorde en una obsesión que
traspasa las tres encarnaciones que muestra la película. Ella es, literalmente, La Fuerza
Interna. La jefa de Tom queda asombrada
de ello.
¿Por
qué digo que “suena monocorde”? Porque
Ella es Eurídice y él, Orfeo, uno de los mitos cardinales de la
Antigüedad Helénica. En eZencia, se trata del
Hombre que baja al Hades (Mundo de lost muertos) a traerla de vuelta. Orfeo es el mejor Poeta y músico de la
Hélade. Sólo en su faceta de monje, Tom
logra vivir como “Artista”. He ahí la
razón de los “hongos”.
El
problema con los roles que interpreta Rachel Weisz se debe al gran contraste
que hay entre ellos: Uno más fuerte que los otros dos. Contraste que acentúa la arquitectura
narrativa que, saturada de flashbacks y racontos, se convierte en laberinto. Idea formal que se refuerza con la imagen de
la Reina Isabel encerrada en ese palacio que se asemeja a la mezquita de
Córdoba, donde un monje (símil de Dédalo, el Mago), le revela el misterio por
el cual podrá salir de su prisión. Ella,
el “eterno femenino” se convierte en la Ariadna que sirve de cuerda a este
perdido Teseo. Perdido en su dolor, su
temor de perderla, su ira y su culpa, pero que NO teme sacrificar su vida por
Ella y por España. La cuerda se llama
Amor.
Ella
es su guía hacia sí mismo, le da de todas las maneras posibles, en las
sucesivas vidas que están juntos, las pistas y la motivación necesarias para
que él cumpla con su Destino: Devolverle la Vida a la Vida. Es su ánima,
diría C. G. Jung. Eso sólo lo puede
hacer un Héroe, un Hijo de los Dioses. En la película nada hay que insinúe esto, por eso es que insisto en que
es una fábula, la última degeneración del Mito Cosmogónico, tal como dijo
Mircea Eliade. Para afirmar todo lo que
digo, me baso en la estructura laberíntica, el tema y las acciones de los
personajes de la película.
Sexto
error: Esta historia contada de manera lineal hubiese sido mucho más accesible,
más comercial, pero menos fértil en descubrimientos de relaciones no–causales,
sino simbólicas y, por lo tanto, habría despertado emociones superficiales como
todas las del “mainstream”. Los saltos
temporales dentro de la película provocan una aceleración o un relajamiento de
la atención, los cuales están hábilmente orquestados y sincronizados con el
“tempo” de las escenas. En este aspecto
es como si tuviera un metrónomo en el cerebro.
De esta manera, NO sólo NO nos aburre Aronofski, sino que es capaz de
dosificar con gran precisión la acción y la información, con pasajes más
“lentos” donde poder reflexionar lo anteriormente visto y reconstruir las
relaciones entre lo visto y, he aquí lo importante, nuestra propia vida, por el
efecto emotivo de la cámara lenta.
Toda
película es un laberinto, quiso entender, pero no pudo el coyote viejo (Raoul
Ruiz), no así Tarkovski (Stalker). A
los saltos temporo-espaciales se suman los cambios de planos y velocidad de
cámara. Todo ello sirve
de correlato formal a contenido emocional–sapiencial de la película: La vida es
un laberinto (Samsara), del que sólo el cumplimiento del Dharma nos liberará. NOTA: Aronofski plagia la nave espacial a Solaris, del mismo Tarkovski.
“Pese
a valerse (sic) las leyendas ancestrales, la película no responde al genero
(sic) de aventuras”. Con esto, el
crítico de no sé qué medio, revela que para él una buena película basada en
“leyendas ancestrales” es “Conan el bárbaro”, donde la mujer tiene un papel
totalmente estereotipado o marginal.
Con esta predisposición, NO es
de extrañarse que la “crítica”, de punta a cabo, refleje su incompatibilidad
para con esta película.
Corolarios:
La esfera transparente como símbolo de la Tierra misma (que está muriendo) y la
razón de porqué los personajes principales se presentan en tríadas, en donde
Ella siempre está “un paso por delante” de él.
Él
es primero, como dije anteriormente, un hombre de acción en su máxima
expresión: un guerrero. El camino del
guerrero en japonés se denomina “Bushido”, la norma espiritual–ancestral de la
fuerza y la lealtad a una causa. Luego
es un científico, es decir, sigue el camino de la razón, donde la “acción” deja
de ser física y transita hacia la mente, lo que se denomina “intransitividad”,
pero no “integra”, NO “entra” totalmente en su alma. Esta sublimación de la acción externa a la
acción interna sólo es realizada por el monje en el tercer estadio de evolución
de Tomás que, como todos sabemos, es el nombre del discípulo escéptico de
Jesús. Es, como monje, alguien dedicado
totalmente a la meditación, a la comprensión, la reunificación de lo disperso y
en conflicto, en última instancia, la sanación de los dolores del pasado, en la
revisión del pasado que vuelve a aparecer “la eterna femineidad”, ya
transmutada en “ángel de la guarda” o ánima,
puesto que está fundida con La Totalidad, el Nirvana, para indicarle, una vez
más, el camino hacia la realización, la iluminación. La misma función de guía, cumple como Reina
y escritora. Sólo puede indicar, guiar,
quien está delante de uno, quien ya ha recorrido el camino espiritual y
comprende el Zentido de la Byddha. La
tríada corresponde a la evolución de la consciencia desde centrarse en el
cuerpo, pasar a la mente y culminar en el espíritu, el verdadero dador de Vida,
en el desapego-entrega de la vida física.
Reflexión
final: Una puerta es un agujero que te permite entrar a “otro mundo”. Entonces, ¿por qué valorarlos
negativamente? La película tiene muchos
“agujeros”, por la información omitida.
Cualquiera se da cuenta de ello.
Hay diálogos que podrían haberse escrito mejor, con ideas y palabras más
precisas, de tal manera que impregnaran la mente de quienes las ven, casi
mantrams, con lo cual la película sobrepasaría el ámbito de simple película y
se habría convertido en un fractal del Cosmos.
Pero la misteriosa articulación entre lo manifiesto y lo omitido,
permite rozar, ‘oler’ el Zentido de la Vida, lo cual dista mucho del gusto del
crítico, aficionado a las “películas de acción” (más simples y verdaderamente
lineales). Ojalá estuviese vivo y
pudiese leer este comentario el coyote viejo (Raoul Ruiz), tan anti “conflicto
central”.
Porque,
¿qué es el Arte, sino insinuación? He
ahí su diferencia con la pornografía.
Por ejemplo, “The Passion”, de Mel Gibson, es, desde este punto de
vista, pornográfico, dada su morbosidad en la explicitación del sufrimiento
físico, sanguinolento del personaje; en desmedro de sus significaciones
espirituales, las cuales sólo son revelables a través de sus gestos amorosos,
símbolos escatológicos y diálogos filosóficos.
¿Acaso
hay una metáfora más clara para referirnos a la paradoja de la vida humana en
su frágil belleza y trascendente significación? ¿Hay una mejor analogía de la vida humana en
este planeta, que “La Esfera Transparente”?
Esto último nos abre a otra línea de interpretación: la ecológica. Somos simbiontes con La Tierra, parte de su
Sistema Nervioso Zentral.
Las
Artes son la insinuación de “otras realidades”, a través de la razón simbólica,
la cual le es totalmente desconocida al crítico de marras. La razón argumentativa o analítica es la
encargada de la precisión de sus formas, o la inexistencia de lo aludido por
las artes, el puro desvarío es real, pero debemos reconocerlo como tal. NO por nada hay ocasiones en que las artes
preludian descubrimientos científicos y en que estos descubrimientos abren
nuevos caminos a las artes. Ambas
razones son especificaciones de una y la misma mente: la humana. Tanto Ortega y Gasset, Mircea Eliade, como
Carl Jung, entre otros, enfocaron, cada uno desde su punto de vista, dicha
correlación (Arte-Ciencia-Realidad) no-causal, sino profética.
Como
incitación a una vida con “más Zentido”, con una mayor conexión con la propia
verdad, lo cual redunda en una profunda conexión con el Universo, NO he visto
otra película que ‘le haga el peso’. Y
conste que no estoy escuchando su banda sonora al momento de escribir esta
‘breve’ reseña, porque ahí sí que nadie me para de escribir. Pero dejémosles a la Historia de las
Religiones, Filosofía y a las Ciencias construir Tratados y refutaciones. Por sobre ellas, vuelan estas “pompas de
jabón” que “se visten de sol y grana” (Antonio Machado) y que, fugaces,
revientan cuando les place o, como Xibalba, cual supernova.
¿Alguien
se percató de que la “entrada” a Xibalba es una “Vagina Cósmica”? Tomás es el espermatozoide de la Nueva
Byddha: Izzi y Tom realizan el arcano Mito-Rito del Hiero-gamos, la cópula
sagrada del Yin y el Yang, que da origen a la Byddha. Escojo esta grafía de la palabra, para
encerrar en ella un nuevo Zentido (Vida Iluminada), al usar las consonantes de
la palabra Buddha. Xibalba- Izzi: El
Gran óvulo de la Magna Mater.
Muchas
gracias por haberme incitado a decir lo que me era imposible, porque lo tenía
atorado en mi garganta y mi Conrazón.
El Corazón siempre tiene Razón, pues es su Hija. Pero esa, es otra historia. Terminado está.
Discontinuidad, patrón, secuencialidad, circuitoriedad. Sistema y Singularidad libran su partida. ¿Cuál es tu partido: Continuidad o Creatividad? Ahorakí te doy algunas pistas gratis, a pesar que me han costado sangre. Soy paracaidista en medio de la oscuridad patriarcal.
lunes, 17 de octubre de 2016
La Fuente de la Byddha
Para Las Tres y Christy,
sin
las cuales esto NO
sería real.
Asamblea Constituyente
Enrique
Antonio Mena Caviedes.
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