lunes, 17 de octubre de 2016

La Fuente de la Byddha

Para Las Tres y Christy, sin
las cuales esto NO sería real.













































































































































































































































El 2010 mi mejor amiga me hizo ver esta película en la antigua casona donde vivía en Vicuña, valle del Elky, hasta que fui expulsado de Fantasía.   Tiempo después, leí una crítica que me irritó y comencé a escribir este comentario, pero las circunstancias lo interrumpieron.
¿Cómo comenzar, como terminar?
La Vida es un Misterio.
El Arte es un Misterio.
El cine es otro misterio.
Esta película es un misterio y, como tal, incomprensible racionalmente.   Como tantas obras maestras, ni siquiera su autor, Aronofski, al que considero un patán, tiene la más remota idea de lo que hizo.
La vida es rara, desconcertante.   Si te desconcentras un momento, te pierdes lo mejor de ella.   La consciencia, la mente, cuando NO está iluminada, Zentrada, salta en el Tiempo: del pasado al futuro, del presente al pasado, del futuro al presente, etc.   La vida parece un caos informe y, por lo tanto, aburridor.   La vida tiene una intención y en torno a esa intención, ordena al Universo mismo y encuentra su Zentido y se abre camino en él.
Es impresionante hablar de un Amor que trasciende las coordenadas del Tiempo(d)espacio.   O se es afín al Misterio y la Magia que anida en él o NO se es capaz de Zentir las insinuaciones y las implicaciones de esta historia.
Es cierto que la reina Isabel la católica no tenía esa idea, ni estaba asediada por la Inquisición, sino que ella misma la patrocinaba.   En 1500 no hubo ninguna expedición hacia el Yucatán en busca del Árbol de la Vida.   ¿Cómo sostener la vida durante un viaje de siglos o tal vez milenios, en una esfera transparente?   La película nunca se planteó en las coordenadas de la verosimilitud, sino de la fábula.   ¡He ahí su género!   Por lo tanto, sólo la puede comprender un Poeta.
Para el resto, es lenta.   Pero, ¿cómo puedo hacerte Zentir que la Eternidad eres tú?
Como la lenta expansión de una intención tan intensa que, al NO ser transcendida, se convierte en obsesión.   He ahí el leit motiv de la película: TRASCENDER, ILUMINARSE.
¿Cómo puedo hacerte Zentir que el Tiempo “está” en ti?   San Agustín dijo: “Vosotros hacéis el Tiempo”.
Señalando la dirección de un viaje iniciático hacia ti mismo: La Meditación.
Primer gran error: El tripulante de la esfera transparente NO es un astronauta, sino un egonauta (navegante del ego, el pequeño yo, temeroso y perdido en la infinitud de la Eternidad), es decir, un monje.   ¿Cómo tiene que ser la Vida para que un Conquistador se vuelva un Artista?   En otra palabras, ¿cómo hacer que un “hombre de acción”, en todo el sentido yanqui de la palabra, se vuelva un contemplativo monje Zen en “busca de su destino” y su redención en clásica posición loto?   “La Fuente” trata de explicárnoslo.   Por eso es que comienza con el “monje astronauta” y su hábito alimenticio–comunión con El Árbol (portentoso símbolo del Zentro del Kosmos, como explica la Historia de las religiones), la práctica de Kung Fu y Zazen.   La secuencia es tan densa en significado que se vuelve muda.   En realidad, ensordece a la razón.
Ésta no es una película cualquiera, sino una profunda MeditaZión sobre la Vida, la Muerte y el Tiempo, los temas Mayas por excelencia.   NO son leyendas, sino Mitos sagrados ante los que estamos en preZencia.   Sólo que incompletos, degradados al estado de mera fábula, por eso su total incomprenZión por el vulgo, es decir, la crítica cinematográficaca.
Segundo error: NO se trata de una actitud pasiva, sino reflexiva.   Es más, meditativa.   Quien la comentó pasó totalmente por alto la banda sonora (símbolo del Tiempo), enfocándose en la fotografía (símbolo del Espacio).  Esta música es inductora de un estado de consciencia alfa o ligeramente relajada, pensemos sobre todo en el tema titulado “Xibalba”.   Estado o frecuencia mental en que ocurren las iluminaciones o satori.  Pero cuando la agonía del ego apremia sus últimos instantes, previos a la gran iluminación que implica el leit motiv: “LA MUERTE ES EL CAMINO HACIA EL ASOMBRO”, todas las emociones se desatan y, por el mismo hecho y en el mismo momento de ser desatadas, liberadas, despiertan al “Último Hombre”, que, en realidad, era el Primer Padre.
Cuarto Error: “Lo importante es invisible a los ojos.   Sólo se ve con los ojos del corazón”, dice el libro mistérico (NO místico) más importante del siglo pasado.   Pues bien, lo más importante de la película NO está “explícitamente” en el metraje, sino escondido en el diálogo en el museo (recordemos que la palabra museo viene de mausoleo): cuando ella le cuenta el Mito de La Creación del Universo, según los Mayas Quiché (lo que en Historia de las religiones se denomina “Cosmogonía”).   Ella  está recordándole a Tom qué es lo que hizo y, por lo tanto, cual es la hazaña que debe volver a realizar (Mircea Eliade dijo que una de las características fundamentales del Mito es su Eterno Retorno).   El sacerdote Maya y el renacimiento del Árbol de la Vida, son la comprobación “empírica” de dicha tesis.   NO por nada, el sacerdote lo reconoce como el primer padre y es El Árbol quien lo elige para este viaje iniciático hacia sí mismo, en pos de recuperar su verdadera esencia, que es lo único que permitirá que la Vida continúe en el Universo.
En síntesis: NO se mostró cómo él creó el Árbol de la Vida con su primer sacrificio, sino que asistimos a la reCreación del Mito Cosmogónico.   Para todos los pueblos antiguos “El Cielo” no se sostenía por efecto de la fuerza de gravedad, sino que algo lo hacía: un árbol, una montaña, una construcción, preferentemente piramidal, etc.
El Árbol del la Vida lo es, porque ES el Cosmos.   Su copa es el Cielo; su tronco la Tierra; sus raíces, el submundo o inframundo, el lugar de los muertos.   Por lo tanto, si el Árbol muere, todo se derrumba y vuelve al Caos, perdiéndose la Vida de Todo y de todos.   Ygdrasil le llamaban los vikingos.   Como se ve, la explicación del relato cosmogónico es incompleto, pero no falso.   Por eso es que NO se entiende por qué tiene que viajar a Xibalba, la tierra de lost muertos, si lo que se quiere es recuperar la Byddha.   Pero NO existe otro lugar al que ir, ya que “El Mundo de los Muertos” es, en la Cosmovisión Maya, como la de cualquier pueblo ancestral, las raíces mismas del Árbol Cósmico o de la Vida.
Quinto error: Es cierto que una reina es más imponente que una simple escritora con “pajaritos en la cabeza”, por su temple y fuerza superiores al común, pero la dulzura que le da al personaje rara vez se consigue sin que “parezca” una tonta.   En ese Zentido, toca más fibras que el personaje masculino, el cual “suena” monocorde en una obsesión que traspasa las tres encarnaciones que muestra la película.   Ella es, literalmente, La Fuerza Interna.   La jefa de Tom queda asombrada de ello.
¿Por qué digo que “suena monocorde”?    Porque Ella es Eurídice y él, Orfeo, uno de los mitos cardinales de la antigüedad.   En eZencia, se trata del Hombre que baja al Hades (Mundo de lost muertos) a traerla de vuelta.   Orfeo es el mejor Poeta y músico de la Hélade.   Sólo en su faceta de monje, Tom logra vivir como “Artista”.   He ahí la razón de los “hongos”.
El problema con los roles que interpreta Rachel Weisz se debe al gran contraste que hay entre ellos: Uno más fuerte que los otros dos.   Contraste que acentúa la arquitectura narrativa que, saturada de flashbacks y racontos, se convierte en laberinto.   Idea formal que se refuerza con la imagen de la Reina Isabel encerrada en ese palacio que se asemeja a la mezquita de Córdoba, donde un monje (símil de Dédalo, el Mago), le revela el misterio por el cual podrá salir de su prisión.  Ella, el “eterno femenino” se convierte en la Ariadna que sirve de cuerda a este perdido Teseo.   Perdido en su dolor, su temor de perderla, su ira y su culpa, pero que NO teme sacrificar su vida por Ella y por España.   La cuerda se llama Amor.
Ella es su guía hacia sí mismo, le da de todas las maneras posibles, en las sucesivas vidas que están juntos, las pistas y la motivación necesarias para que él cumpla con su Destino: Devolverle la Vida a la Vida.   Es su ánima, diría C. G. Jung.   Eso sólo lo puede hacer un Héroe, un Hijo de los Dioses.  En la película nada hay que insinúe esto, por eso es que insisto en que es una fábula, la última degeneración del Mito Cosmogónico, tal como dijo Mircea Eliade.   Para afirmar todo lo que digo, me baso en la estructura laberíntica, el tema y las acciones de los personajes de la película.
Sexto error: Esta historia contada de manera lineal hubiese sido mucho más accesible, más comercial, pero menos fértil en descubrimientos de relaciones no–causales, sino simbólicas y, por lo tanto, habría despertado emociones superficiales como todas las del “mainstream”.   Los saltos temporales dentro de la película provocan una aceleración o un relajamiento de la atención, los cuales están hábilmente orquestados y sincronizados con el “tempo” de las escenas.   En este aspecto es como si tuviera un metrónomo en el cerebro.  De esta manera, NO sólo NO nos aburre Aronofski, sino que es capaz de dosificar con gran precisión la acción y la información, con pasajes más “lentos” donde poder reflexionar lo anteriormente visto y reconstruir las relaciones entre lo visto y, he aquí lo importante, nuestra propia vida, por el efecto emotivo de la cámara lenta.
Toda película es un laberinto, quiso entender, pero no pudo el coyote viejo (Raoul Ruiz), no así Tarkovski (“Stalker”).   A los saltos temporo-espaciales se suman los cambios de planos y velocidad de cámara.   Todo ello sirve de correlato formal a contenido emocional–sapiencial de la película: La vida es un laberinto (Samsara), del que sólo el cumplimiento del Dharma nos liberará.
Séptimo error y termino: “El médico está para los enfermos, no para los sanos”.   IZZI CREO, creo que, NO, miento.   Ella ES la Vida, ella es la Salud.   Él es el enfermo que tiene que sanarse a sí mismo, por eso es quien se toma ávidamente la savia y se convierte, una vez más en el árbol; por eso es que durante mil años no pudo TRASCENDER este “nivel de existencia” hacia uno mayor o “más elevado” (más allá de la copa del Árbol).    Izzi, al asumir su muerte como un “acto de Creación” (me hizo pensar en el ensayo de Ortega y Gasset), lo comprende todo mucho más rápido que él y por eso ya no necesita volver a la rueda del Samsara: se Graduó con honores.   Pero NO podía irse sin, prácticamente, “obligarlo” a “estudiar”, para que también llegara el día en que él se graduara.  Por eso el otro leit motiv de la película: “Finish It”,   ¡Termínala!   NO solo la novela, sino El Renacimiento (Pinkola Estés: Vida-Muerte-Vida en “Mujeres que corren con lobos”).   La película se zentra en él (y NO en Izzi), como los profesores suelen zentrarse en el alumno con menos talento, NO el brillante, el más lento para entenderlo todo, pero empeñoso.   ¡Vaya empeño-costo el de su Iluminación!   Un milenio NO es poco Tiempo.
Pese a valerse (sic) las leyendas ancestrales, la película no responde al genero (sic) de aventuras”.   Con esto, el crítico de no sé qué medio, revela que para él una buena película basada en “leyendas ancestrales” es “Conan el bárbaro”, donde la mujer tiene un papel totalmente estereotipado o marginal.   Con esta predisposición,   NO es de extrañarse que la “crítica”, de punta a cabo, refleje su incompatibilidad para con esta película.
Ella es la Diosa de la Vida.   NO sólo de esta, sino de la Otra, porque es la única capaz de decir “en serio”: “VIVIREMOS PARA SIEMPRE”.   Otro relato oculto, pero que “misteriosamente” se filtra a través del inconsciente de quienes realizaron esta versión de un sueño del inconsciente colectivo.
Corolarios: La esfera transparente como símbolo de la Tierra misma (que está muriendo) y la razón de porqué los personajes principales se presentan en tríadas, en donde Ella siempre está “un paso por delante” de él.
Él es primero, como dije anteriormente, un hombre de acción en su máxima expresión: un guerrero.   El camino del guerrero en japonés se denomina “Bushido”, la norma espiritual–ancestral de la fuerza y la lealtad a una causa.   Luego es un científico, es decir, sigue el camino de la razón, donde la “acción” deja de ser física y transita hacia la mente, lo que se denomina “intransitividad”, pero no “integra”, NO “entra” totalmente en su alma.   Esta sublimación de la acción externa a la acción interna sólo es realizada por el monje en el tercer estadio de evolución de Tomás que, como todos sabemos, es el nombre del discípulo escéptico de Jesús.   Es, como monje, alguien dedicado totalmente a la meditación, a la comprensión, la reunificación de lo disperso y en conflicto, en última instancia, la sanación de los dolores del pasado, en la revisión del pasado que vuelve a aparecer “la eterna femineidad”, ya transmutada en “ángel de la guarda” o ánima, puesto que está fundida con La Totalidad, el Nirvana, para indicarle, una vez más, el camino hacia la realización, la iluminación.   La misma función de guía, cumple como Reina y escritora.   Sólo puede indicar, guiar, quien está delante de uno, quien ya ha recorrido el camino espiritual y comprende el Zentido de la Byddha.   La tríada corresponde a la evolución de la consciencia desde centrarse en el cuerpo, pasar a la mente y culminar en el espíritu, el verdadero dador de Vida, en el desapego-entrega de la vida física.
Reflexión final: Una puerta es un agujero que te permite entrar a “otro mundo”.   Entonces, ¿por qué valorarlos negativamente?   La película tiene muchos “agujeros”, por la información omitida.   Cualquiera se da cuenta de ello.   Hay diálogos que podrían haberse escrito mejor, con ideas y palabras más precisas, de tal manera que impregnaran la mente de quienes las ven, casi mantrams, con lo cual la película sobrepasaría el ámbito de simple película y se habría convertido en un fractal del Cosmos.   Pero la misteriosa articulación entre lo manifiesto y lo omitido, permite rozar, ‘oler’ el Zentido de la Vida, lo cual dista mucho del gusto del crítico, aficionado a las “películas de acción” (más simples y verdaderamente lineales).   Ojalá estuviese vivo y pudiese leer este comentario el coyote viejo (Raoul Ruiz), tan anti “conflicto central”.
Porque, ¿qué es el Arte, sino insinuación?   He ahí su diferencia con la pornografía.   Por ejemplo, “The Passion”, de Mel Gibson, es, desde este punto de vista, pornográfico, dada su morbosidad en la explicitación del sufrimiento físico, sanguinolento del personaje; en desmedro de sus significaciones espirituales, las cuales sólo son revelables a través de sus gestos amorosos, símbolos escatológicos y diálogos filosóficos.
¿Acaso hay una metáfora más clara para referirnos a la paradoja de la vida humana en su frágil belleza y trascendente significación?   ¿Hay una mejor analogía de la vida humana en este planeta, que “La Esfera Transparente”?   Esto último nos abre a otra línea de interpretación: la ecológica.   Somos simbiontes con La Tierra, parte de su Sistema Nervioso Zentral.
Las Artes son la insinuación de “otras realidades”, a través de la razón simbólica, la cual le es totalmente desconocida al crítico de marras.  La razón argumentativa o analítica es la encargada de la precisión de sus formas, o la inexistencia de lo aludido por las artes, el puro desvarío es real, pero debemos reconocerlo como tal.   NO por nada hay ocasiones en que las artes preludian descubrimientos científicos y en que estos descubrimientos abren nuevos caminos a las artes.   Ambas razones son especificaciones de una y la misma mente: la humana.   Tanto Ortega y Gasset, Mircea Eliade, como Carl Jung, entre otros, enfocaron, cada uno desde su punto de vista, dicha correlación (Arte-Ciencia-Realidad) no-causal, sino profética.
Como incitación a una vida con “más Zentido”, con una mayor conexión con la propia verdad, lo cual redunda en una profunda conexión con el Universo, NO he visto otra película que ‘le haga el peso’.   Y conste que no estoy escuchando su banda sonora al momento de escribir esta ‘breve’ reseña, porque ahí sí que nadie me para de escribir.   Pero dejémosles a la Historia de las Religiones, Filosofía y a las Ciencias construir Tratados y refutaciones.   Por sobre ellas, vuelan estas “pompas de jabón” que “se visten de sol y grana” (Antonio Machado) y que, fugaces, revientan cuando les place o, como Xibalba, cual supernova.
¿Alguien se percató de que la “entrada” a Xibalba es una “Vagina Cósmica”?   Tomás es el espermatozoide de la Nueva Byddha: Izzi y Tom realizan el arcano Mito-Rito del Hiero-gamos, la cópula sagrada del Yin y el Yang, que da origen a la Byddha.   Escojo esta grafía de la palabra, para encerrar en ella un nuevo Zentido (Vida Iluminada), al usar las consonantes de la palabra Buddha.   Xibalba- Izzi: El Gran óvulo de la Magna Mater.
Muchas gracias por haberme incitado a decir lo que me era imposible, porque lo tenía atorado en mi garganta y mi Conrazón.   El Corazón siempre tiene Razón, pues es su Hija.   Pero esa, es otra historia.   Terminado está.


Asamblea Constituyente
Enrique Antonio Mena Caviedes.